«Access is more important than ownership». Así de contundente manifestaba esta idea tan actual Christopher Lukezic, director de comunicación de la existosa Airbnb, sobre el escenario de la pasada European E-Commerce Conference 2011.

La idea está en boca de todos, y basta una simple búsqueda para captar la popularidad del concepto. Con un acceso a Internet prácticamente ubicuo (si bien es cierto que tan sólo en el denominado Primer Mundo, y con matices…), lo cierto es que la tendencia es acceder a contenidos bajo demanda, y olvidarnos de atesorar canciones y películas en esos voluminosos discos duros externos, que pronto se convertirán en reliquias del pasado. Los CDs y DVDs servirán tan sólo para auyentar a los pájaros y evitar que se caguen en nuestra ropa tendida. Sobre esta idea recomiendo ver esta charla de Kevin Kelly, «Attention Flows: The Future of the Digital Media Landscape».

En Airbnb se han propuesta llevar esta idea al extremo, y exploran un nuevo modelo de negocio basado en un tipo de propiedad que, a priori, poco tiene que ver con Internet: la propiedad inmobiliaria.

El concepto es sencillo pero potente: permitir a los propietarios de inmuebles rentabilizar sus posesiones, monetizando este recurso mediante el alquiler que pagan otros miembros de la comunidad al utilizarlas mientras ellos no las necesitan. El concepto está funcionando: han conseguido una financiación récord de 112 millones de dólares, y el número de noches contratadas crece de manera exponencial.

Lukezic nos muestra orgulloso cómo actualmente su servicio oferta al menos un inmueble en cada uno de los bloques de la ciudad de San Francisco, y bromea diciendo que se han convertido de hecho en el «eBay del espacio». Lo más interesante es pensar en las nuevas oportunidades que desde su compañía ya vislumbran: si es posible monetizar de esta manera el espacio que no utilizamos, no parece descabellado intentar extender el modelo a otras posesiones como el aparcamiento, un coche, esa herramienta Black and Decker tan majísima que tanto nos costó y que tan poco utilizamos, ¡e incluso la comida! Porque como dice Brian Chesky, uno de los fundadores de la compañía:

People are willing to try new things to save money, and they’re willing to be resourceful

Brian Chesky, Nathan Blecharczyk y Joe Gebbia: fundadores de Airbnb

Algunas lecciones aprendidas en Airbnb:

  • Fundamento del servicio: la gente es generalmente buena. Para que el servicio funcione hay que establecer una relación de confianza con el cliente. Es cierto que no todo son luces en su negociado; Lukezic contó cómo hace tres meses una propietaria encontró su casa completamente desvalijada tras el paso de unos visitantes que utilizaron los servicios de Airbnb. La empresa tomó cartas en el asunto, y fortaleció desde entonces las medidas para proteger a los propietarios en caso de incidente. Pero parece que aún deben trabajar en medidas que garanticen la tranquilidad de los usuarios (Manuel Ángel Méndez vivió una desagradable experiencia este mismo verano que recomiendo leer, para que no se diga que en Economía Digital 360º no somos objetivos, y no enfocamos la realidad desde todos los puntos de vista).
  • Hay que construir una comunidad de usuarios. No hay que ver al usuario como un mero consumidor, sino como miembro de una comunidad que opina, participa, interactúa y al que hay que cuidar. En el mismo sentido insistiría durante la tarde Juan Pablo Puerta en su charla de la tarde sobre Craiglist.
  • Cualquier negocio en Internet debería tener vocación internacional desde el primer día. En Airbnb lo tuvieron claro desde el principio, y ya están presentes en más de 17.000 ciudades de 192 países. Y lo más sorprendente es que sólo han realizado tareas de marketing en el 2% de estos países (una vez más resulta evidente la importancia y fuerza de una sólida comunidad como base del servicio).
  • Innovar, innovar e innovar. El océano de Internet está plagado de competidores, y los competidores generalmente saben copiar rápido. No importa si Codificas en Ruby on Rails, Perl o PHP, o lo buena que sea tu idea. A los dos días la puedes ver clonada en otro lugar. Por tanto no tiene sentido focalizar energías en la competición, sino en la innovación continua, aunque ello suponga asumir riesgos.
Airbnb por todo el Mundo

Airbnb por todo el Mundo

Lukecik, antiguo corredor de media distancia (aunque suene casi obsceno aplicar el adjetivo «antiguo» a una persona de tan sólo 27 años), que abandonó su carrera en 2009 para convertirse en el quinto empleado de Airbnb, no pudo evitar sonrojarse ante una pregunta de la audiencia: «¿Dónde te alojas en Madrid?». La respuesta, sorprendente (no así para él la pregunta, que dijo estar esperando): ¡¡En un hotel!! Pero es que claro, cuando la organización de la conferencia te da el trabajo hecho, y además te paga la estancia… ¡es difícil resistirse, y grosero decir que no!